Iglesias de Palencia, Valladolid y Burgos. Canal de Castilla.
(Ampudia, Medina de Rioseco, Cuenca de Campos, Villalón de Campos, Paredes de Nava, Carrión de los Condes, Villalcazar de Sirga, Canal de Castilla: esclusas 14, 8, 7, Alar del Rey, Olleros de Pisuerga, Sasamón, Olmillos de Sasamón, Castrojeriz, Santoyo, Támara de Campos, esclusa cuádruple de Frómista, esclusa de Calahorra de Rivas, Cisneros y Fuentes de Nava)
Mapa de localizaciones. Contiene todos los recorridos por Palencia
https://www.google.com/maps/d/edit?hl=es&mid=18B-wQOw3DhRBU73zVQV4sCPE4uk85cg&ll=42.60157532148531%2C-4.249467845507812&z=11
Nota para visitar las iglesias: al igual que en los otros relatos que incluyen visitas a iglesias o ermitas, aconsejo contactar antes con la/s personas responsables bien sean particulares o fundaciones. Los contactos que incluyo en el relato son del año 2024, pero pueden variar para otros años por lo que sugiero que se confirmen antes o se busquen a través de internet y a veces la información es confusa porque está desfasada por lo que hay que invertir un tiempo considerable. A veces también los contactos aparecen en las puertas de las iglesias.
Con temor, mucho temor, casi en el otoño iniciamos nuestro recorrido por tierras castellanas. Comprendería principalmente el norte de Palencia, pero rozaríamos alguna localidad de Valladolid y también de Burgos. Con dos puntos centrales: iglesias románicas y góticas y el canal de castilla, gran desconocido para nosotros. Y lo preparé en dos o tres días, casi con dedicación exclusiva.
Y digo que lo iniciamos con miedo porque nuestra amiga peluda, Tula,
con 16 años y medio y que durante 15 ha sido una compañera inseparable e
infatigable, últimamente y desde agosto, muestra signos de cansancio y hace 10 días, cuando pusimos rumbo a
Galicia, y a tan solo 300 km de Madrid en nuestro primer día de viaje, su
estado nos alarmó hasta el punto de regresar
a casa desde donde hicimos noche en Mombuey.
Y es que es difícil describirlo pero entró en una especie de shock o
semishock que ni siquiera sus veterinarios supieron explicar, lo cierto es que
desde esa tarde hasta el medio día
siguiente, estuvo como desmayada, sin tono muscular, sin querer ni comer ni
beber nada, sin sostenerse de pie…y nos temimos lo peor.
Pero milagrosamente en 24 horas se recuperó y aunque su actividad es
muy limitada, come, bebe, camina,… hace una vida normal dentro de lo que es
normal para su edad. Y así ha estado durante los 10 días siguientes a este suceso, así que, teniendo a la vuelta
de la esquina el otoño y el duro invierno en que las salidas serán ya muy muy
limitadas, nos hemos animado a hacer un
pequeño recorrido, eligiendo un destino más cercano, como el Norte de Castilla
y Leon y limitando los días a cinco. Y
es que también sumamos que desde nuestro regreso de Holanda a mediados de mayo
únicamente habíamos salido cuatro días dos veces a Oliva, a la playa, en junio
y septiembre, pero no hemos hecho ninguno de los recorridos que a nosotros nos
gusta hacer
Nuestro primer destino elegido fue Ampudia, a unos 30 km al norte de Valladolid y sin nada destacable llegamos a esta localidad alrededor de las 16 horas encontrándonos con que estaba en fiestas, las de San Miguel.
Aparcamos la autocaravana en su pequeña y agradable área (41.9109, -4.7809) junto a otras dos, acoplamos a nuestra compañera que lamentablemente ya no puede acompañarnos en nuestros paseos, y nos dirigimos en primer lugar hacia el castillo.
Pequeña fortaleza medieval del siglo XV, es el mejor conservado de la
provincia de Palencia y yergue su
elegante figura a las afueras de
la población. Testigo de hechos históricos como la firma del documento por el
cual se cambió la capitalidad de Valladolid a Madrid, alcanzó su máximo
esplendor en el siglo XVII cuando el Duque
de Lerma, y favorito del Rey Felipe III, se convirtió en su dueño atrayendo en
distintas ocasiones a esta villa a la corte. A partir de entonces parece que
cae en declive y es en el XX de las manos de un particular, cuando recupera su
aspecto actual.
Disfrutamos de su bella estampa deslucida hoy por hordas de gente que
pululaban a su alrededor haciéndose fotografías de todo tipo.
Así caminamos sorteando gente hasta llegar a su iglesia en donde en su
explanada había una exhibición de cetrería. Aprovechamos para admirar algunas
rapaces que allí tenían pero eran tan largas las explicaciones que daban a modo
de introducción antes de que realizaran un vuelo de exhibición, que nos fuimos.
Rodeamos la iglesia y regresamos por esta animada calle donde ahora un pequeño grupo de teatro al que se sumó otro de músicos, amenizaban y divertían a los visitantes.
De nuevo en la autocaravana dedicamos el resto de la tarde a descansar
aunque también hubo intentos de “educar”.
Deje una nota en el parabrisas del turismo que había aparcado en la
zona de desagüe y a dos turismos que intentaron estacionar junto a nosotros en
plazas de autocaravana, salí a disuadirlos. La respuesta era casi siempre y
sorprendentemente la misma: “no lo he visto” (pese a que están dibujadas en el
suelo y hay una señal vertical de prohibición excepto autocaravanas), “no lo sabía” y/o “solo son 10 minutos”. La
que más “peros” puso fue una señora que acompañaba a su hija y nieta y que
cuando la dije dónde estaba aparcando y que además, obligaba a una autocaravana
estacionada ya a realizar varias maniobras para poder salir, me dijo que no pasaba nada, que maniobrando
salía, pese a que la señalé el campo de futbol anexo vacío remarcándola no solo
que estaba aparcando en zona prohibida, sino que tenía sitio de sobra a escasos
metros y que dificultaba a nuestros vehículos el poder salir. Lejos de pedir disculpas y asumirlo, no lo
hizo, se fue dándome a entender que no quería discutir. Y su nieta de testigo.
Me hago mayor, y además, no se me agotan las ganas de luchar.
Añado además que una de las autocaravanas aparcada que parecía
alquilada, encendió el motor y así permaneció por más de cinco minutos hasta
que llamé a su puerta para decirla que nos estaba atufando. Su respuesta, en la
misma línea que la de la señora anterior, que se iban ya ante lo cual la señalé
que llevaba mucho tiempo encendida así que sencillamente me dio con la puerta
en las narices.
Yo he educado a mis hijos en el respeto a los demás, o al menos eso he
intentado. Estos “cenutrios”…lamentablemente no son ya educables y solo
entienden la sanción. Como alguien me dijo una vez, no voy a ganar todas las
batallas y he de elegir las que puedo ganar. Esta, está perdida.
Y la noche se nos vino encima y poco a poco empezaron a desaparecer los
coches hasta quedarnos solos. Vino una autocaravana francesa, mejor. No me
gusta estar tan sola, aunque el área está pegada a la localidad.
Tula cenó estupendamente y nada hacía prever lo que pasaría al día
siguiente e incluso por la noche en la que estuvo inquieta.
LUNES 30 de septiembre
Cargamos y descargamos el poco agua que habíamos gastado y mientras, yo
mantuve una breve charla con una abuelete lugareño que me dijo que el pueblo
era muy rico. Es cierto que antes de llegar habíamos observado molinos de
viento, muchos, dispersos por el paisaje. Nos dijo que por cada molino podrían
recibir 5000 euros y un 20% se lo llevaba el Ayuntamiento. Pero muchos molinos
eran del propio municipio con lo que los ingresos en este caso eran limpios.
Además tenían pinos piñoneros y coto de caza, lo que sumaba más ingresos aún.
Como afirmó ser padre de un teniente de alcalde, aproveche para que le
transmitiera nuestro agradecimiento por el área a la que no le faltaba nada.
Circulamos por carreteras que en línea recta atraviesan campos y campos
de tierras. Y nos cruzamos con casi una docena de perdices que delante de
nosotros corrían por la carretera. Un regalo para los ojos.
Nuestra primera parada fue en Medina
de Rioseco pasando antes por Montealegre para disfrutar de la vista desde
lejos de su castillo, inmensa mole en lo alto de una cima dominando un extenso
paisaje llano de terrenos infinitos. Castilla, tierra de campos en su estado
puro.
El paisaje es sobrecogedor ya que la vista se pierde en esta inmensa
llanura donde las tierras se suceden unas a otras, en su mayoría cultivadas. Mi
hermana ya me había dicho que era una zona muy rica.
Y llegamos a Medina de Rioseco y dejamos la autocaravana en el área,
fea, poco atractiva, pero muy cerca de la dársena del canal de Castilla a donde
nos acercamos caminando. Tula parecía muy cansada, entrando de nuevo en ese
estado de sopor o de semishock.
Esta dársena merece una visita, no parece un paisaje castellano, si no que casi parece que estoy viendo el canal de Midi francés que desde esta dársena se extiendo hacia el horizonte.
Aquí se conservan los antiguos almacenes, la casa del encargado del muelle, con un reloj
de sol en su fachada y la fábrica de harinas «San Antonio» hermoso edificio
restaurado que se refleja en las tranquilas agua de la dársena. Visitable, pero
hoy lunes, cerrado, al igual que el barco turístico que recorre parte del
canal.
Ahora ponemos rumbo a Cuenca de Campos a dónde íbamos a visitar la Iglesia parroquial de los Santos Justo y Pastor (42.06018, -5.05641) con un artesonado mudéjar del siglo XVI.
Fue mi hermana la que había llamado mi atención sobre este rincón ya
que esta iglesia se había adherido a un proyecto financiado por la Junta de
Castilla y Leon. A través de la página https://museosvivos.com/
se puede seleccionar el lugar a visitar de los mostrados, el día y la hora. Se
cumplimentan los datos y en un email remiten un código de acceso. La visita es
gratuita, con lo que no estoy muy de acuerdo. Debemos de ser conscientes de que
tenemos un patrimonio inabarcable y que con nuestra visita, generamos unos
pequeños gastos que al menos, debemos de abonar y así contribuir a su
conservación.
Una vez allí y aunque el horario seleccionado era de 13 a 14 y pese a que llegamos a las 11,30, no tuvimos ningún problema para acceder. Una vez introducido el código, la puerta se abrió.
Su interior nos sorprendió: un artesonado mudéjar de madera cubre toda la nave. La capilla mayor está cubierta
con labores de lacería y policromada .
Esta iglesia del siglo XV es la tercera
más importante de la provincia de Valladolid.
Contiene un pequeño museo de arte sacro, que acoge las imágenes de tres
antiguas iglesias de este municipio que se han ido destruyendo a lo largo de
los siglos. Y en la sacristía nos encontramos también con otra sorpresa, un
techo con frescos y una colección de objetos religiosos, orfebrería y textil
guardados en urnas de cristal. Todo un descubrimiento maravilloso en un rincón
escondido de esta tierra de campos vallisoletana de la que ya mi hermana nos
había hablado.
Ahora, a parte de la página de museos vivos, https://museosvivos.com/ descubrimos otra, https://camposdelrenacimiento.com/ que recoge varias localidades de Palencia: Becerril de campos, Paredes de Nava, Cisneros y Fuentes de Nava cuyos horarios ya desde octubre son de jueves a domingo en mañana y tarde abonando una pequeña cantidad. Y por último, la fundación NARTEX (Arte, Fe y Cultura de la diócesis de Palencia, Teléfono y whatssap 616520509. https://artepalencia.es/ ) reúne también diversas iglesias románicas del Norte de Palencia disponiendo de recorridos y abonando también un pequeño importe.
Resumiendo, pretender hacer una ruta cultural por esta zona y hablo ya de
cubrir el norte de Palencia y poblaciones limítrofes con León, Valladolid o
Burgos, es componer un puzle, pero primero, hay que ir buscando las piezas.
Además, lo que en el año 2024 vale, posiblemente para el siguiente no lo sea,
como hemos podido comprobar.
De regreso nuestra amiga peluda no parecía mejorar. Nuevamente estaba apagada, sin ganas de nada. La dimos de beber agua con una jeringuilla y cuando llegábamos a Fuentes de Nava nos dimos cuenta que nos habíamos dejado una pastilla para abrirla el apetito. Conseguimos solventar esta situación con la buena voluntad de la gente, como casi siempre. Por un lado nuestra veterinaria nos envió una receta por Whatssap y la farmacéutica a quien antes habíamos consultado por teléfono, nos la vendió. Y es que se trata de un medicamento que en humanos es un antidepresivo, por lo que su venta, sin receta, no era posible.
Una vez en la laguna comprobamos con tristeza que no había ni gota
de agua, pero ni gota, y eso que era de
considerable tamaño, así que continuamos
rumbo a donde nos encontramos ahora en el área de autocaravanas de Paredes
de Nava (42.1494, -4.6936), al lado de la población en un lugar tranquilo
aunque yo oigo pasar el tren que cesa hasta las 23 y hasta las 8 horas. Tula
sigue mal así que nos planteamos comer y regresar a casa. Tan solo 3 horas nos
separan. Pero mientras comemos vemos que ella se anima a comer, eso sí,
tumbada, de nuestra mano y lo que la gusta. Pero come bastante bien. Así que
decidimos pasar la tarde aquí en lugar de dirigirnos a pasar la noche a Carrión
de los Condes, y ver como transcurría la tarde y la noche y en función de ello,
continuar nuestro itinerario o regresar.
Somos conscientes de que no va a mejorar y regresar sería para que
estuviera en casa tranquila, porque aunque aquí lo está, su casa es su casa. En
fin. Ya nos despedimos de ella hace 10 días cuando la vimos tan tan malita y de
hecho pensamos que no saldría y que si sufría, tendríamos que decidir dormirla.
Pero aquí sigue. Así que la vida nos ha regalado tres años (desde que se cayó
por una cascada en Cáceres) y ahora 10 días más, pero, no sabremos hasta donde
llegará. Su longevidad y sobre todo, su fortaleza nos sorprende a todos.
Decidimos salir a estirar las piernas y acercarnos a la iglesia de Santa Eulalia (42.15289,
-4.69385) a la que tardamos pocos minutos en llegar.
Este magnífico edificio es el resultado de una amalgama de estilos y fases constructivas iniciadas en el siglo XII. Al estilo románico se suceden con armonía el gótico, gótico flamígero y renacentista, siendo coronada la torre en el siglo XVI con una pechina piramidal mudéjar, ornada con azulejos esmaltados de colores, que quizás es lo que más llama nuestra atención. En su interior hay una exposición y se encuentran joyas de la pintura española como es su Retablo Mayor con las tablas de los Reyes de Israel obra de Pedro Berruguete. Pero hoy lunes, está cerrado y no abre hasta el jueves, así que nos tuvimos que conformar que ver esta soberbia construcción desde el exterior.
Regresamos, cenamos y nos preparamos para afrontar la noche. Aprovechamos
los dos asientos delanteros donde ponemos el respaldo de uno de los sillones
para poner encima su cojín de dormir y hacerla prácticamente imposible que se
caiga. Pero a las 1,30 me despierto sobresaltada con Angel pidiendo desesperadamente
que le dejara salir. Parece que Tula intentaba por todos los medios salir por
el único hueco imposible que había entre el asiento del conductor y la puerta.
No podría caber pero ella lo intentaba. Así que desconcertada, adormecida, sin
saber que pasaba y Angel intentado abrirse paso con ella en brazos para
sacarla, como pude me hice una pelota para dejarle paso. Una vez fuera, dice
que intentó por todos los medios hacer caca. Parece que es lo que quería y de
ahí su desesperación, aunque consiguió hacer bien poco.
MARTES, 1 DE OCTUBRE
Y desde las 1,30 la hemos tenido que despertar a las 9,30, para sacarla
a hacer pis. Parece que se encuentra bien así que decidimos poner rumbo a Carrión de los Condes, al Monasterio de San
Zoilo (42.34064, -4.61109) a donde llegamos a cinco minutos pasadas las 10,
la hora de apertura
Nos sorprende ver gente, parejas de jóvenes jubilados dispersos por la
iglesia y el claustro. Parece que hay más gente que hace turismo cultural en
esta época.
Pero lo que más nos atrajo fue su claustro, de los más bellos del renacimiento y parece que en su construcción intervinieron varios arquitectos. Es de dos pisos y sus tramos están cubiertos con bóvedas de crucería, decoradas con multitud de medallones con bustos hasta unos 200 representando una extensa iconografía. Es de una gran belleza y nos dedicamos a su tranquila contemplación y disfrute.
Y terminamos nuestra visita en la curiosa biblioteca jacobea.
Ahora ponemos rumbo al área de autocaravanas donde encontramos también
otras tres más de jóvenes jubilados. Es un área estupenda, a unos metros del
río en una zona deportiva y aunque con
pocas plazas, tiene un hermoso descampado al lado, en caso de necesidad.
Tomamos un camino a nuestra derecha que sigue el curso del rio que
discurre a nuestra izquierda y donde abundan los azulones. Cruzamos un puente que nos lleva a un hermoso
parque y de allí por una calle que asciende levemente, entramos directamente en
la playa mayor con la fachada de la iglesia
de Santiago a nuestra izquierda.
Ya había estado aquí y el recuerdo era de una ciudad más ruidosa, más
sucia, con más gente, más inhóspita. Ahora me parecía una ciudad tranquila y
limpia y con mucho menos tráfico.
Disfruté en tranquilidad de esta hermosa fachada para dirigirnos
después a Nuestra Señora del Camino
donde se encontraban celebrando misa por lo que discretamente desde la parte de
atrás, admiramos las proporciones de esta hermosa iglesia de tres naves. Fue
construida a mediados del siglo XII y consta de tres naves y para ser una
iglesia románica tiene grandes dimensiones.
Y ya habíamos visitado lo que pretendíamos así que regresamos al área y
ahora pusimos proa a Villalcazar de Sirga
(42.31699, -4.54245) donde también habíamos estado aunque esta vez, su
iglesia de Santa Maria la Blanca me
pareció mucho más grandiosa y hermosa que la primera vez que la descubrimos
casi por casualidad porque está en el centro de la población y destaca por sus
grandes dimensiones y encontrarse elevada
por lo que es visible desde muchos puntos.
Es uno de los templos medievales
más notables del Camino de Santiago en Castilla y León. Es un soberbio edificio
de sillería, construido a finales del siglo XII y principios del XIII, románico
en transición al gótico.
Dentro se celebra un funeral así que de nuevo, discreción para visitarla.
Y…qué hermosa es!!! Espaciosa, luminosa, elegante…Consta de tres altas naves,
especialmente la central y crucero, cubierto con bóvedas de crucería sencilla.
En el exterior pequeños grupos de gente se reúnen en torno a mesas de
un sencillo bar restaurante degustando ya de su comida aunque no serían ni las
13. Y mucho, muchos peregrinos. Casi parecía una romería. Las vistas desde esta
terraza…inmejorables, a la portada de este impresionante monumento.
Ahora ya era el turno del Canal
de Castilla, el “canal de Midi” español, tan desconocido para todos e
incluso para mi.
Las esclusas eran los "ascensores" del canal, que permitían
que las barcas pudieran salvar los desniveles y seguir navegando a lo largo del
canal. Funcionaban mediante un sistema de compuertas, que permitían llenar o
vaciar un vaso para igualar los niveles de agua. El mecanismo para abrir y
cerrar las compuertas era manual, mediante una cadena sujeta a un torno.
Y en poco tiempo nos encontramos con la esclusa número 14 (42.44371, -4.26539) quizás para mi la más bella de todas, en medio del campo junto a un edificio abandonado testigo mudo de lo que un día fue. A pesar de los siglos, posiblemente dos, se conserva muy bien y parece que pudiera estar en perfecto funcionamiento. Lo que más me gustó fue el entorno, solitario, con ese edificio en ruinas, comido por el tiempo, olvidado...Lastima no poder dedicar más tiempo a este rincón pero no había apenas sitio para aparcar y nos retiramos a un lado de la carretera. La entrada era más bien fea así que por turnos nos asomamos.
El ancho de este canal es como una tercera parte de la del Canal de
Midi, pero no tiene nada que envidiar al francés, con un camino rural a lo
largo de él para pasear en bicicleta, como el francés. Digamos que este es más
sencillo, más de “andar por casa” sin la magnificencia del francés. Se quedaría
en una “pretensión” pero con casi todo
el encanto que el Canal de Midi.
Hay varios barcos que navegan trozos de este canal, al igual que en
Francia. Pero el que parte de Medina de Rioseco no funcionaba los lunes y luego
el de Herrera de Pisuerga, por el que pasaríamos hoy, informa que la esclusa
número 6 está sin reparar y no se remonta por lo que para mi pierde todo su
encanto reduciéndose a un simple paseo en barco sin poder ver el funcionamiento
de la esclusa.
Ya eran cerca de las 14 horas y aunque el entorno de la séptima esclusa era muy hermoso, decidimos dirigirnos al área de autocaravanas de Herrera de Pisuerga (42.5902, -4.3333), una de las más bonitas y tranquilas que conocemos y que hasta ahora, siempre la hemos encontrado llena.
Pero hoy, un martes de octubre, estaba vacía, tan solo una autocaravana
británica que parte al rato aunque un poco
después es sustituida por una “cafetera” holandesa en la que viajan dos
jóvenes. Y nos quedamos a descansar. Estamos
a tan solo 20 km de Olleros de Pisuerga donde mañana visitaremos el eremitorio,
pero hasta las 11 no abren así que tendremos tiempo no solo de llegar sino
también de visitar Alar del Rey, cuna del Canal de Castilla.
La tarde se ha tornado gris y nubarrones negros se alternan con nubes
blancas cerrando el cielo, dejando escapar algunas gotas para luego abrirse y
dejar escapara los brillantes rayos del sol de otoño con una luz especial.
Intentamos salir nosotros sin la peluda, pero nos sorprendió una débil lluvia
que nos obligó a regresar. Poco después lo haríamos con Tula y nos sorprende lo
animada que la vemos. Camina al trote, como hace tiempo que no la vemos, pero
…es una fuente de problemas porque ahora no la vemos hacer caca. En fin. Por
una cosa o por otra, estamos siempre en alerta con ella. Sabemos que su tiempo
se agota. Y el nuestro con ella, también.
MIERCOLES 2 DE OCTUBRE
Noche tranquila. De madrugada ha roto a llover, suavemente. Después de
desayunar hemos cargado y descargado agua porque a partir de ahora la pernocta
en áreas estaba un poco insegura y nos hemos dirigido en primer lugar a Alar del Rey al nacimiento del canal de
Castilla (42.66071, -4.30538).
Luego nos hemos acercado a ver la primera retención del canal, con sus
característicos muros de piedra roja a ambos lados y las dos torretas que lo
custodian. Hemos prescindido de ir a la dársena ya que pensamos que sería
similar a la de Medina de Rioseco, para
poner rumbo directo a Olleros de Pisuerga
a la ermita rupestre de San Justo y Pastor (42.74569, -4.2855).
Hemos recorrido los pocos kilómetros que separan ambas localidades en
poco tiempo. Una vez allí hemos encontrado un buen lugar para dejar la
autocaravana, que dicho sea de paso no ha sido muy fácil, y hemos caminado los
200 metros que nos separaban de este lugar.
Llamada “la Catedral de la Piedra” o “la basílica del eremitismo rupestre”, esta impresionante obra tiene sus orígenes en el siglo IX, tras la llegada de monjes mozárabes que comenzarían a excavar la roca aprovechando así los recursos disponibles para construir una ermita. Sin embargo, esta sufriría distintas ampliaciones hasta el siglo XVIII, conformando el aspecto de la Iglesia actual.
El interior consta de dos naves separadas por tres columnas (una es original), cubiertas por dos falsas bóvedas de cañón apuntado, aunque con una función puramente ornamental y cada nave tiene su respectivo ábside. A los pies se sitúa un coro de madera desde el que se visualiza todo el interior.
Al parecer este lugar fue también un monasterio, seguramente para unos tres monjes, que tenían sus celdas encima de la iglesia y nos muestra las marcas que las vigas han dejado en la pared de roca.
Y hoy, he aprendido una cosa más de algo tan común para mi como era ver
los enterramientos que se hacían en las iglesias. Sabía que era así, pero lo
que desconocía era que se enterraba un cuerpo encima de otro hasta llenarlo.
Así las iglesias, terreno santo para reposar, eran auténticos cementerios donde
los cadáveres se pudrían. El olor era nauseabundo y para eso lo enmascaraban
con el incienso (siempre pensé o me contaron que era ocultar el “olor a
humanidad” de la gente allí congregada) además era el origen de epidemias como
la peste hasta que Carlos III lo erradicó y es a partir de entonces cuando
nacen los cementerios, fuera de las poblaciones.
Al margen de estas consideraciones históricas o artísticas, este lugar tiene una belleza inusual. Su sencillez es cautivadora y la magnitud de la obra sobrecogedora.
Desde fuera admiramos su integración en la roca donde podemos
ver aperturas pequeñas que posibilitan la entrada de luz.
Y atrás dejamos esta ermita para dirigirnos ahora a Sasamón, adentrándonos ahora en la
provincia de Burgos. La lluvia hace acto de presencia y nos acompañara casi
todo el día no cesando hasta poco después de las 17 horas.
En Sasamón llamé para visitar la iglesia de Santa
María la Real (42.41822, -4.04381). El horario es de 11 a 14 pero hay que llamar para que la abran ya que
permanece cerrada. Quedamos 15 minutos después, tiempo que nos dimos para dar
las medicinas a Tula y poder llegar ya que aparcamos fuera de la población, a cinco
minutos caminando.
Enseguida aparece la persona que nos abre, el alcalde la localidad. Abonamos
un euro y medio por persona. Cantidad ridícula con lo que no sacan ni para
reparar este inmenso monumento porque ellos, ellos son voluntarios.
Accedemos al interior y su tamaño me deja perpleja. Se alza esbelta, luminosa, armoniosa. Es una belleza, sencilla y elegante. Casi ni le doy los buenos días al buen hombre atraída por la magia desatada y la sopresa.
Pero nos abre una puerta lateral y accedemos a un hermoso claustro gótico que me deja perpleja. La techumbre se derrumbó por lo que en su lugar hay un techo de madera, pero el conjunto es de una gran belleza. Sustituye a uno anterior románico y se atribuye a Juan de Colonia. Si tengo que decir que el románico me atrae especialmente por su sencillez, los claustros góticos tienen para mi una singular belleza. Tan distintos de los románicos, sin esa sencillez, pero a su manera son igualmente hermosos.
No me puedo creer que casi en medio de la nada encontremos estos
tesoros y me reafirmo más en creer que tenemos un patrimonio inabarcable.
Detrás de las capillas absidiales, en la cabecera de la iglesia, se encuentra la hermosa sacristía construida en el siglo XVI, de planta cuadrada y cubierta con bóveda estrellada, decorada con una impresionante cajonería.
Y al irnos descubrimos la última joya de este sitio, su pila bautismal, sencilla y muy hermosa. Todo un tesoro. No puedo remediar emocionarme con todo lo que contemplo, sorprenderme con estas bellezas que parecen dormir en un pasado de esplendor y permanecer ahora escondidas para aquellos que no tengan excesiva curiosidad.
Nos despedimos de nuestro anfitrión y aun impresionada por el lugar no
puedo dejar de mirar hacia atrás y maravillarme con este impresionante edificio
que parece fuera de contexto, en el centro de una sencilla población.
Ahora nos dirigimos a Olmillos de Sasamón, a su castillo (42.39709, -4.03631) que encontramos en la misma localidad, pequeño, elegante, bien conservado y convertido en hotel restaurante de 4 estrellas.
Y por la hora decidimos rodar hasta la cercana población Castrojeriz en el Camino de Santiago.
Allí hay un aparcamiento tranquilo que nos
puede acoger y esta tarde si tenemos ganas, podemos pasear por esta localidad.
Y en poco tiempo llegamos y aparcamos en una pequeña explanada junto a
la guardia civil (42.2877, -4.1412). La lluvia no nos da tregua, así que comemos
y descansamos. Sobre las 17 horas decidimos acercarnos a visitar la iglesia
de Santo Domingo ya que la de San juan Bautista que parece contener un
hermoso claustro románico, no podremos visitarla por estar ya cerrada hasta la
primavera siguiente.
Ha dejado algo de llover y caminamos unos 400 metros hasta llegar a Santo
Domingo. Lo hacemos por la calle principal de la localidad, en pleno Camino de
Santiago, jalonada de casonas de piedra, pero prácticamente no encontramos a
nadie, excepto algún peregrino perdido.
Aunque su interior es hermoso, la belleza de la de Sasamón eclipsa a
esta y el verlo con “estands” no me gusta, la ha hecho perder su encanto.
Comprendo que es la manera de que sobreviviera, pero también he sentido cierta
decepción. La joven que nos atiende nos dice que hay un video pero la decimos que
queremos ver solo la iglesia. Nos explica que el terremoto de Oporto la afectó y
se encuentra un poco torcida por lo que la han tenido que sujetar en parte con
unas tirantas.
Caminamos por la calle principal, atravesamos la plaza mayor en obras
hasta llegar a esta iglesia a las 18,15 y nos sentamos un poco, a hacer tiempo.
Llegaron las 18,30 y pensamos que no tenía sentido seguir esperando, que lo
mismo podría venir media hora después. Y también decirnos que no, o que esperáramos
a la finalización de la eucaristía. Por otro lado el que en un claustro
románico hayan puesto, de nuevo, otra
exposición, tampoco me atrae mucho. Y me viene la imagen de la iglesia de Santo
Domingo y creo que me va a decepcionar,
así que decidimos regresar a sacar a nuestra amiga peluda a pasear que lleva
todo el día encerrada.
Valoramos la posibilidad de ir mañana a las ruinas del convento de San
Antón que nos han dicho que son bonitas y al monasterio de las Clarisas a
comprar dulces. Nos han recomendado los “puños” hechos a base de crema y nata.
Visita que en principio desechamos ya
que estos dulces se estropearían antes de llegar a casa y a nosotros no nos
convienen aunque sí valoramos positivamente acercarnos a estas ruinas.
En cuanto a la Colegiata de Santa María del Manzano, por lo que veo en
internet no despierta mi interés y veo que hay dificultades para llegar por
calles estrechas.
Así que dimos un paseo con Tula que hoy, al igual que ayer, parece estar
más despierta y con más ganas. Alrededor de las 19 horas nos metemos ya en la
autocaravana y unos minutos después rompe de nuevo a llover y hay momentos en
que lo hace con ganas.
Y aquí estamos y esperaremos la noche que ya va cayendo, arropados por
el murmullo del agua golpeteando la autocaravana, un sonido para mi muy
agradable, y más, cuando estoy en la cama. Me siento segura, apartada del
mundo, del exterior, protegida del frio, la lluvia….
JUEVES, 3 de octubre
Amanece un día luminoso y limpio y como hasta las 11 no podemos visitar
ninguna de las iglesias planificadas decidimos acercarnos a las ruinas del convento
de San Anton a escasos kilómetros de aquí.
Pasamos por la desviación al convento de Santa Clara, a donde queremos
ir a sucumbir a las tentaciones de las delicias que hacen las monjitas clarisas
que sin son tan buenas como las de Medinaceli, merece la pena el pecado, al
menos un par de veces al año, que no tenemos edad como para privarnos ya de algunas
delicias. También dejamos atrás la
colegiata de Santa Maria del Manzano y vemos que tenemos un sitio donde poder
dejar la autocaravana para acercarnos andando a visitarla. Todo está en pleno
camino de Santiago por lo que no dejamos de ver peregrinos que caminan casi en
romería.
Pero nada más pasar la colegiata nos topamos de frente con un autocar
suizo. No cabemos los dos así que como pude me eche a un lado de la carretera
en un arcén algo ancho. Menos mal que fue aquí y no unos metros adelante donde
ya no habría sido posible, y yo era el vehículo de menor tamaño, por lo que me
hubiera tocado buscar un agujero donde esconderme.
Inicialmente, fue propiedad de una comunidad de monjes de la poco
conocida Orden de San Antón, congregación que tiene origen africano en el siglo
XI y que ayudaban a los peregrinos enfermos. Son especialmente recordados
porque combatían la enfermedad de Ergotismo, llamada popularmente Fuego de San
Antón y que se originaba por ciertas toxinas al ingerir pan de centeno
contaminado por un hongo (cornezuelo). Aunque los antoninos se establecieron
aquí en el siglo XII, el templo que vemos es posterior, del siglo XIV y estuvo
activo hasta finales del XVIII.
Dejamos la autocaravana a un lado de la carretera y nos acercamos caminando.
Esta colegiata se remonta al
siglo IX, siendo reconstruida en estilo románico ojival a principios del
XIII y poco después, a mediados del XIII, reformada y ampliada. En su interior hay tres naves y conserva sepulcros
de diferentes épocas y diversas esculturas, destacando sobre todo la talla
gótica en piedra policromada de La Virgen del Manzano (siglo XIII), a la que
Alfonso X alude en sus Cantigas, pero encontramos solo una burda reproducción
ya que el original estaba en las Edades del Hombre. Lo que me atrapó más fue su
magnífica fachada occidental presidida por un hermoso rosetón y una puerta
abocinada con columnillas con capiteles vegetales y otros de iconografía
todavía románica.
Y sucumbimos a la tentación y nos dirigimos al convento de las clarisas y allí nos encontramos, entre otros
dulces, con las almendras con chocolate que hacen también las clarisas de
Medinaceli y a la que nos hemos hecho adictos. Así que, decidimos no
experimentar con otra cosa y pecar con lo conocido. Evidentemente la caja no
salió indemne del convento. Comprobamos que eran tan deliciosas como las de
Medinaceli. Se pasarán la receta por internet.
Ahora ya rumbo a Santoyo
nuestro primer destino de hoy. Abrían a las 11 y llamamos por tercera vez (Tlf ¿675136574??) para informar
de nuestra proximidad, pero nos informa que la iglesia estaba ya abierta ya que
a las 12 había un funeral, así que para poder disfrutar de ella con
tranquilidad, sin perder tiempo, nos dirigimos a ella.
Aparcamos a las afueras para no meternos por callejas estrechas.
La obra se gesta en el siglo XII, sus primeros sillares
muestran su aspecto más románico, pero la dilatación constructiva en el tiempo
constata otros estilos como el gótico, el renacentista e incluso el plateresco.
Sin demorarnos accedemos al interior y me quedo sin aliento.
Esbeltas y elegantes columnas se elevan hacia el cielo dando un sensación de amplitud tremenda, pero lo que más me impresiona son las cúpulas, las nervaduras que se cruzan en la altura formando elegantes figuras geométricas.
En la bóveda
central se dibuja una estrella de piedra de once lados. Es impresionante, una obra de una belleza sobrecogedora.
No puedo despegar la vista y mis ojos recorren
ansiosamente las alturas llenándome de la belleza que contienen.
Pero afuera se acumulan ya los vecinos que acuden al entierro y nosotros ponemos rumbo a Támara de Campos, a la iglesia de San Hipólito el Real, de la que solo nos separan cinco kilómetros así que llamamos por teléfono a la persona encargada de su apertura que nos dice que se dirige a ella (Tlf. 979810246)
Una vez más aparcamos a las afueras y nos dirigimos a la iglesia que es visible ya desde la carretera como la de –Santoyo. Y de nuevo, nos impresionan las dimensiones de esta iglesia catedralicia.
Esta imponente edificación data del último tercio del siglo XIV, aunque
parece que existió una anterior, quizás del XIII. Su construcción se dilató más
de cien años, concluyendo la obra en los primeros albores del siglo XVI, así
que es de transición
gótico-renacentista.
El coro de nogal, atribuido a Simón de Colonia, también es otra pieza de gran belleza y está unido a la extraña columna que sustenta el órgano.
Nos dicen que en verano se celebran conciertos, que el órgano suena muy bien lo que unido a la sonoridad de la iglesia lo hace espectacular.
Ahora ponemos rumbo a las esclusas cuádruples de Frómista que encontramos a pocos kilómetros en la misma carretera.
Estas esclusas están consideradas una de las obras de ingeniería
hidráulica más importantes del Canal de Castilla, porque salva cuatro
desniveles con un total de 14,20 metros de altura. Se trata de las esclusas
números 17, 18, 19 y 20 del Canal de Castilla.
Rodamos por carreteras en medio de campos interminables, hasta que llegamos a este lugar. De nuevo la belleza de este sitio, con edificios en ruinas cercanos, testigos de la prosperidad que un día hubo, nos sorprende y sobrecoge. Y es que los edificios ruinosos lo dotan de una singularidad especial.
Son las 14 horas y decidimos ir directamente al área de Abarca de
campos (42.0636, -4.8413), donde estamos ahora. Quizás es junto con la de
Herrera de Pisuerga, de las más bonitas y tranquilas donde hemos estado. Esta
es más tranquila que la de Herrera ya
que allí no dejaban de pasar camiones y tractores. Se encuentra en una zona
arbolada al lado de una iglesia a 100
metros de Canal de Castilla y junto a
esta tranquila localidad por la que después de dar una vuelta hemos visto a lo
lejos dos vecinos.
Es pequeña y hemos encontrado dos autocaravanas mas, aunque una marcha
pero viene otra. Hemos comido, descansado y dado un breve paseo y Tula esta
ahora especialmente cansada. Ha estado dos días estupenda, animosa, pero antes
de comer ha empezado con un extraño estado de agitación, de un ir y venir hasta
que la hemos tranquilizado y dormido, y la he obligado a salir a dar un paseo y
Angel dice que nos hemos pasado. Sinceramente, ya no sé cómo hacer las cosas
bien con ella, si nos pasamos, si no llegamos…difícil.
La luz del atardecer se filtra entre las ramas de los árboles que nos
acogen y entra a raudales por la autocaravana. Ni un ruido. Me voy a duchar.
VIERNES, 4 de octubre.
Hemos oído todo tipo de aves nocturnas y arrullados por ellas hemos caído
en un tranquilo sueño.
Por la mañana ponemos rumbo a los dos únicos destinos que nos quedan
por hoy: Cisneros (cuna del cardenal
Cisneros, confesor de Isabel la Católica) y Fuentes de Nava.
Atravesamos de nuevo las llanuras de la tierra de campos hasta llegar a
Cisneros a 20 kilómetros de donde hemos pernoctado. Una vez aquí nos cuesta
trabajo acceder a la Iglesia de San
Facundo y San Primitivo.
Esta iglesia junto con la de Fuentes de Nava se encuentra dentro de “Campos
del renacimiento”: https://camposdelrenacimiento.com/
que como he mencionado antes, tiene
otras dos iglesias más. En invierno el horario se limita a de jueves a domingo de 10:30 – 14:00 h y de 15:30 – 18:30. Las
entradas se pueden adquirir por la web o en el mismo sitio y hay varios precios
según las sedes que se deseen visitar, teniendo también la opción de visitas
guiadas.
La iglesia de San Pedro alberga un museo territorial donde se pueden apreciar piezas de arte religioso destacando dos sarcófagos.
Y la iglesia de San Facundo y San Primitivo nos descubre un maravilloso
y excepcional artesonado mudéjar del siglo XVI destacando especialmente los del
presbiterio y la capilla. Disfrutamos en soledad de este maravilloso techo para
partir ahora rumbo a nuestro último destino, Fuentes de Nava.
La iglesia de Santa Maria de esta localidad guarda en su interior una auténtica joya, de nuevo, todo el techo está cubierto de un increíble artesonado de mudéjar policromado del s.XVI, en perfecto estado de conservación.
No se pueden evitar las comparaciones y la superficie de artesonado mudéjar
de esta iglesia es mayor y a mi gusto, más rico, variado y bello que el de la
iglesia de Cisneros. Son distintas, ya que en la iglesia de San Facundo el
policromado dorado del artesonado se ciñe a la cúpula revistiéndola toda aunque
está presente en el resto de la nave pero sin color, mientras que aquí este
artesonado colorido cubre toda la nave central con profusión de formas y
decorados haciéndola, a mi gusto, más llamativa que la de Cisneros.
En esta iglesia coincidimos con el mismo joven que estaba en la de Cisneros así que le pregunté que a qué se dedicaba y me dijo que era el director de este proyecto, doctor en historia. Mantuvimos una animada conversación. Y pude entender la riqueza de esta zona, distinta de la del resto de Castilla y León.
A lo largo de este relato he comentado que en Tierra de Campos, una interminable llanura que se extiende por todos los lados, hay pocas tierras sin labrar, al contrario que en otras zonas o provincias de Castilla y Leon, como por ejemplo, Avila. Parece que siempre ha habido esta riqueza en la zona y que era muy normal que estas poblaciones tuvieran hasta cinco iglesias. Era el granero de España. Y la diferencia puede estar en el agua. Estas tierras siempre han sido regadas por ríos y canales por lo que son más productivas, además de que la propia tierra, por su composición, lo sea.
Y alrededor de las 13 horas ponemos rumbo de regreso a casa a donde
llegaríamos alrededor de las 18 horas.
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